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La detención por corrupción del ex presidente Chen conmociona Taiwán

Su imagen, esposado pero con los puños en alto saliendo desafiante de la Fiscalía, amenaza con quebrar la frágil estabilidad de Taiwán, la isla que permanece separada de China desde el final de la guerra civil en 1949 pero cuya soberanía es reclamada por Pekín.

En medio de este enrarecido ambiente político, la detención por corrupción del ex presidente de Taiwán, el independentista Chen Shui-bian, ha vuelto a desatar la tensión en la isla, dividida entre los que apuestan por el acercamiento al continente y los partidarios de la plena soberanía.

Acusado de malversar unos 15 millones de dólares taiwaneses (360.517 euros), blanquear dinero, aceptar sobornos y falsificar documentos oficiales, Chen Shui-bian fue detenido el martes por la noche tras declarar ante el fiscal. Ayer, un juzgado de Taipei ordenó prolongar su arresto antes de ser formalmente imputado, lo que ha llevado a los seguidores de su grupo político, el Partido Democrático Progresista (PDP), a acusar al Gobierno de estar detrás de esta operación judicial.

«Este caso es una persecución política y quieren meterme en la cárcel como un sacrificio para congraciarse con China», criticó el ex presidente taiwanés, que durante sus ocho años de Gobierno fue la «bestia negra» del régimen de Pekín por sus constantes provocaciones independentistas.

Elegido en 2000, este veterano activista de los derechos humanos y las libertades democráticas rompió la hegemonía política del Kuomintang, el partido nacionalista que venía dirigiendo la isla desde que, en 1949, se refugiara en ella el generalísimo Chiang Kai-chek tras perder la guerra civil ante las tropas comunistas de Mao Zedong.

Tras una polémica y ajustada reelección en 2004, en la que jugó un decisivo papel a su favor el oscuro atentado que sufrió el último día de campaña, el segundo mandato de Chen Shui-bian se vio empañado por numerosos casos de corrupción.

En 2006, su cuñado fue condenado a siete años de prisión y su esposa fue acusada de haber desviado 20 millones de dólares taiwaneses (481.289 euros) a unas cuentas bancarias de Suiza que han sido congeladas. Además, tres ayudantes de Chen, un antiguo responsable de Inteligencia, un viceprimer ministro y un titular de Interior fueron arrestados en esta trama, en la que un magnate inmobiliario confesó que había sobornado al ex presidente.

«Misiones diplomáticas»

Acosado por los escándalos, Chen Shui-bian se vio obligado a reconocer que había desviado fondos públicos. Sin embargo, aseguró que no lo había hecho en su propio beneficio, sino para llevar a cabo «misiones diplomáticas secretas», lo que en la práctica equivale a comprar el reconocimiento de otros países para evitar el aislamiento internacional de Taiwán por el auge de China.

El pasado mes de marzo, Chen Shui-bian dejó el poder después de que el candidato del Kuomintang, Ma Ying-jeou, ganara las elecciones presidenciales prometiendo un acercamiento a Pekín que ya se ha materializado en acuerdos comerciales y en la puesta en marcha de comunicaciones y vuelos directos.

Con manifestaciones en Taipei y en su bastión de la ciudad sureña de Kaohsiung, los partidarios de la independencia y del PDP acusan a Ma Ying-jeou de haber auspiciado una auténtica «vendetta» política contra su antecesor, quien incluso exigió ser llevado al hospital tras denunciar que había sido maltratado durante su detención.

Aunque el actual presidente y el fiscal general niegan estas críticas, el siempre provocador Chen Shui-bian sigue aprovechando para llevar la división a Taiwán. Ya veremos a quien favorece más esta medida.

2 comentarios

dolores -

estas cosas siempre favorecen al mas fuerte y al que menos al pueblo porque siempre para el es peor

Cayita -

Estoy confundida...ellos no tienen constitucion propia??? Como pueden intervenir los "chinos"?